Es semana santa y no quiero estar en mi casa, tampoco es que quiera ir a un destino saturado como la playa, simplemente quiero salir y buscar un lugar fuera de la cuidad y tener algo de contacto con la naturaleza.
Así que use todas mis armas que tenia y me puse a buscar en el mapa un lugar, el primero que me llamo la atención fue "San sebastian del Oeste" pero si quedaba algo retirado y rumbo a la playa y lo que menos quería era ir a un destino saturado de personas.
Así que ya había escuchado de Un pueblo que esta en la sierra y me puse a buscar y lo encontré se llama "Quila el Grande" salimos algo tarde por que no estuvo nada muy planeado, y el camino fue genial ya que casi no había coches, después de Villa Corona nos paramos a desayunar en Cocula ya q hablan muy bien de la birria del lugar, no contábamos con que era viernes santo y en los pueblos las personas son muyyyy religiosas, así que todos los lugares que vendían algo que tenia que ver con la carne estaban cerrados.
Terminamos comiendo unos miseros tacos de pescado y camarón y digo miseros por que en verdad lo eran unas mini tortillas, con un mini pedazo de filete y algo de salsa mexicana y una mini porción de mayonesa, cuando pedimos más mayonesa el locatario nos vio raro, pero eso si sabían muy bien.
Ya en el camino nos encontramos con una acueducto que estaba casi en ruinas, el camino estaba muy bueno y muchas personas pasean en cuatrimotos, luego del sol intenso llegamos a el área protegida, esta hermoso, es un bosque caducifolio pero esta reforestado con pinos, al bajarnos un momento para poder admirar el lugar se estuchaba el sonido del viento rosando entre los arboles, fue algo genial! el poder despirar aire puro el olor a los pinos envolvía el lugar en una magia especial.
Ya de regreso bajamos por el lado de Ameca, aun que el camino es polvoso esta en muy buenas condiciones y llegamos por fin a "Quila el grande" que por cierto la entrada estaba en reparación y tuvimos que entrar por otras callecitas, pero estuvo genial por que vimos como viven los lugareños, la plaza estaba desértica igual que la de "Tecolotlan" donde tuve el gusto de degustar una deliciosa paleta de guayabate.
En "Quila" estaba esa tiendita pintoresca donde una mujer de edad avanzada que atendia nos hizo sufrir por conseguir cambio para unos refrescos que tomamos fuera de la tiendita y el esposo muy amable que nos indico como regresar x el camino a Ameca.
Ya en el pueblo de Ameca recordé que tenia unos parientes que hacia años no visitaba y decidimos ir para ver si aun se acordaba de mi, je je me dio mucho gusto saber que aun estaban ahí aun que no pude ver a mi Tio por que estaba en Talpa, pero estuvimos recordando viejos tiempos eso estuvo mejor que ni planeado.
